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Como bañarse seguro en una piscina pública o privada

Para prevenir infecciones en los pies utiliza zapatillas de goma tanto en la zona de la piscina como en los vestuarios y duchas. Después del baño, seca muy bien los espacios inter digitales de los pies. Dúchate después del baño. Aunque no es obligatorio, si es muy recomendable, pues… el agua de las piscinas está tratada con distintos productos que pueden secar tu piel. Además, de esta forma eliminaras posibles agentes infecciosos que no han sido eliminados con el cloro. No te expongas al sol más de lo debido, y si lo haces, utiliza una buena protección con capacidad de bloqueo de los rayos solares de al menos 15 SPF y protección contra los rayos UVA y UVB. Asegúrate de volver a aplicar la crema bronceadora después de nadar. No está de más, aparte de un buen protector solar, utilizar gorra y camiseta, especialmente los más pequeños. Protege tus ojos de posibles infecciones cuando sumerjas tu cabeza en el agua utilizando gafas apropiadas, asegurándote que éstas no son de vidrio. Evita en lo posible tragar el agua de la piscina. Lávate las manos con jabón y agua después de ir al baño. Puede proteger a otros teniendo presente que los gérmenes de tu cuerpo terminan en el agua. La deshidratación puede causar un peligroso aumento de la temperatura corporal, que a su vez, puede conducir a una postración causada por el calor y hasta llegar al mismo golpe de calor, cosa que suele ocurrir en las piscinas de verano. Para evitarlo bebe agua con abundancia. Se exigente con las condiciones higiénico-sanitarias de las piscinas, pon en conocimiento de los responsables de la piscina cualquier anomalía que detectes. En caso de accidentes dentro del recinto, guarda el ticket de entrada. Y si recibes las primeras curas en la instalación, procura que quede constancia de ello por escrito y guarda una copia del informe.

[bctt tweet=”Las normas a seguir en piscinas” username=”ComerciaLlinas”]

 

Evita riesgos enseñando a nadar a tus hijos lo antes posible. No dejes a los niños ni un momento solos cuando estén bañándose o en el entorno de la piscina. Recuerda que 2,5 cm de profundidad son suficientes para cubrir la nariz y la boca de un niño, si cae hacia adelante. No permitas que entren de golpe en el agua la primera vez que se bañen después de comer, de haber tomado mucho rato el sol o de haber hecho un ejercicio físico intenso. Estate atento a las señales de seguridad de la piscina en lo que se refiere al uso de trampolines, palancas o toboganes, así como a las que hacen referencia a la profundidad. Evita que tus hijos jueguen a darse empujones alrededor de la piscina, a saltar el uno por encima del otro, a hundirse, a tirarse “en cadena” por los toboganes, etc. Asegúrate de que los niños que no saben nadar lleven puesto un dispositivo (chaleco salvavidas, “burbujita“, etc.) adaptado a cada edad, que favorezca la flotabilidad y que mantenga la cabeza del niño fuera del agua. Comprueba que todo el material que use su hijo en la piscina está homologado por la UE. Ten cuidado con los flotadores del tipo “patito” que se colocan en la cintura de los niños, es posible que vuelquen y el niño no sepa darse la vuelta. No confíes en el socorrista para dejarlos solos. El socorrista acuático sólo tiene dos ojos y puede haber varios puntos que llamen su atención. Presta especial atención a los niños con problemas médicos. Extrema las precauciones con los niños que padecen alguna enfermedad, y especialmente, cuando se trata de enfermedades con síndromes convulsivos. Este grupo es de muy alto riesgo por el posible desencadenamiento de una crisis durante su estancia en una piscina. En el caso de piscinas de casas particulares, el uso de vallas protectoras alrededor de la piscina puede evitar el acceso de los niños y su caída accidental.

Fuente: revista Consumer.es

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