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Como conseguir eficiencia energética en tu vivienda.

La eficiencia energética es una práctica que tiene como objeto reducir el consumo de energía. La eficiencia energética es el uso eficiente de la energía, de esta manera optimizar los procesos productivos y el empleo de la energía utilizando lo mismo o menos para producir más bienes y servicios. ¿Que?…¡Que no se asuste nadie! Dicho de otra manera, producir más con menos energía. No se trata de ahorrar luz, sino de iluminar mejor consumiendo menos electricidad, por ejemplo.

  • Los individuos y las organizaciones que son consumidores directos de la energía pueden reducir el consumo energético para disminuir costos y promover sostenibilidad económica, política y ambiental.
  • Los usuarios industriales y comerciales pueden desear aumentar eficacia y maximizar así su beneficio.

El consumo de la energía está directamente relacionado con la situación económica y los ciclos económicos, por lo que es necesaria una aproximación global que permita el diseño de políticas de eficiencia energética. A partir de 2008 la ralentización del crecimiento económico significó una reducción del consumo a nivel global que tuvo su efecto sobre la emisión de gases de efecto invernadero (GEI).

 

¿Como conseguir ahorro energético en nuestras viviendas?

El consumo energético de una vivienda se puede reducir a través de una construcción bioclimática, la elección de equipos de calefacción, electrodomésticos e iluminación más eficientes y la modificación de los hábitos de consumo de sus habitantes.

Hay tres áreas en nuestra vivienda, que podemos retocar, para una mayor eficiencia energética.

Calefacción y agua caliente:

La calefacción puede ser objeto de ahorro de energía en hábitos de consumo tales como un uso racional del mismo. El consumo total de una vivienda suele ser del 46 % del total del consumo (pudiendo alcanzar el 60 % si se incluye el agua caliente). El ahorro de energía puede producirse bien por la correcta elección de una caldera eficiente, o por el correcto aislamiento térmico de las habitaciones.

Respecto del agua caliente puede emplearse también como ayuda la energía solar térmica, mediante uso de sistemas de almacenamiento de energía que retengan el calor para que el agua caliente esté disponible la mayor parte de tiempo posible. Así mismo, se puede ahorrar energía dotando a los grifos del fregadero y lavado de perlizadores y a las duchas con reductores volumétricos de caudal o alcachofas de mano eco-eficientes. De esta forma se puede reducir el consumo de la energía empleada en calentar agua en más del 40%. Si al inodoro se le instala un mecanismo de doble pulsador, el ahorro de agua puede ser superior al 70%, pero en este caso no se ahorra energía, ya que, el inodoro sólo usa agua fría.

Con relación a la calefacción, se debe tener presente que una temperatura para un hogar está entre los 19 y los 21 °C por el día, y 15 a 17 °C por la noche, cada grado aumenta el consumo en un 7 %.

Con respecto a los hábitos del agua caliente, se recomienda el empleo del agua caliente en la vivienda bajo ciertas ocasiones muy específicas como puede ser la ducha, o el baño, limpiando los platos y la cubertería, etc.

Para optimizar mejor el consumo del agua caliente en nuestra casa, solo tenemos que utilizar la que nos haga falta y cuando nos haga falta, basta de llenar la cafetera con agua caliente, para hacernos nuestro café más rápido. Se suelen perder unos 10 litro de agua en este caso, lo cual es imperdonable. Y en el caso de nuestra calefacción, no tapar los radiadores con nada que pueda provocar la perdida de calor y por supuesto tener instalado unas buenas ventanas para no perder calor por ellas.

Electrodomésticos:

Los electrodomésticos tienen una gran parte en el ahorro de energía doméstico, la mayoría de ellos en Europa tienen un etiquetado especial denominado etiqueta energética que viene a mencionar la eficiencia en el consumo y respetuoso con el medio ambiente, no todos los electrodomésticos poseen la

Diseños bioclimáticos en edificios

etiqueta, solamente aquellos que consumen mucho o que pasan encendidos gran parte de su vida útil y son: frigoríficos y congeladores, lavadoras, lavavajillas, secadoras, fuentes de luz domésticas, horno eléctrico y aire acondicionado.

La normativa europea expresa la eficiencia energética de los electrodomésticos en una escala de 7 clases de eficiencia, y se identifican mediante un código de color y letras que van desde el verde y la letra A, para los equipos con mayor eficiencia, hasta el color rojo y la letra G para los equipos de menor eficiencia. Un electrodoméstico de clase A puede llegar a consumir un 55 % menos que el mismo en una clase media, la elección de un electrodoméstico con esta información puede suponer un ahorro económico.

Iluminación:

La iluminación eléctrica en las viviendas suele suponer entre el 18 % y el 20 % del consumo doméstico, en algunos casos basta con una actitud preventiva adquiriendo por ejemplo lámpara de bajo consumo, poniendo múltiples fuentes de luz de bajo consumo en lugar de uno, aumentando la superficie de las ventanas.

Por último para ahorrar en iluminación basta con adquirir hábitos, como por ejemplo:

  • Apagar luces en estancias donde no se habite.
  • Emplear una fuente de luz eliminando las fuentes luminosas redundantes.
  • Si se dispone de la opción abrir ventanas y emplear la luz natural en lugar de la artificial.

 

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